Las obras en la muralla de La Mota se encuentran prácticamente terminadas, a falta solo de algunos flecos junto a la iglesia mayor abacial. La intervención, con un coste superior a 3 millones de euros, supone un cambio sustancial en la imagen de la fortaleza.

La principal tarea que queda pendiente es el acondicionamiento de la conexión entre la Plaza Alta y la explanada de acceso a la Iglesia Mayor Abacial, por el lateral de los servicios. No obstante, según fuentes municipales, las obras en sí ya se encuentran acabadas.

En la zona de El Gabán se pavimentó la Plaza Alta, lo que permite ganar un espacio para diversas actividades. También se dio realce a la Plaza Baja, igualmente cercana a la puerta del Peso de la Harina y las Casas de Cabildo.

El arreglo de la muralla se incluye en 2 proyectos. El de El Gabán, más complejo y que comenzó antes, tiene un coste de 1,9 millones, financiado con fondos del 1% Cultural —aportado por el Ministerio de Fomento— y de otras administraciones. La iniciativa supuso rellenar el hueco existente por encima de la iglesia de Santo Domingo de Silos y los terrenos del Parador. En la zona se han levantado 2 torres similares a las que había hasta que el lienzo se desplomó en el transcurso del siglo XX. La compañía adjudicataria fue Site.

Por otro lado, desde el verano de 2011 la compañía Trycsa trabaja en el tramo comprendido entre la puerta del Peso de la Harina y la alcazaba, situado justo frente al casco urbano. La mejora ha permitido afianzar también el entorno, incluidas las Entrepuertas, con restitución de material pétreo perdido y limpieza. El montante invertido en este caso ronda los 1,2 millones, procedentes íntegramente de las arcas del Gobierno central.

La principal consecuencia de los trabajos, aparte de la creación temporal de puestos, es el cambio en el aspecto del monumento y la consolidación de la piedra, que, al ser arenisca, constituye uno de los principales talones de Aquiles de la fortaleza.

El próximo reto del Ayuntamiento, en un periodo de severa crisis económica, es conseguir de otras administraciones públicas el dinero necesario para la restauración de la parte de la muralla en un estado más crítico, la orientada hacia el Oeste, a espaldas del casco urbano, sobre el camino de San Bartolomé y la circunvalación. La erosión y el deterioro de la roca ponen en peligro la estabilidad del lienzo.


Fuente: Diario JAÉN